martes, 11 de diciembre de 2012

YO, EL REY de Juan Antonio Vallejo-Nágera


No se puede negar, que la figura histórica de José Bonaparte ha sido y es desconocida para muchos, llena de mitos y medias verdades vistas con muy poca imparcialidad. Ahora y en su propia época, cuando toda la propaganda antiafrancesada se cebó con el rey. Rey porque fue rey de España, tanto les guste como si no a los Borbones que mercadearon con la Corona en uno de los episodios más vergonzosos y humillantes nunca antes visto en las monarquías europeas, las conocidas abdicaciones de Bayona. Tema que se trata en la novela con el hermano de Napoleón como protagonista; de Juan Antonio Vallejo-Nágera, Yo, el rey, fue premio Planeta en 1985. ,

El autor hace un alarde de rigurosidad y documentación histórica para desarrollar la novela. Cuenta el prólogo, como comenzó su interés por este personaje. En un viaje a Florencia, visitando un palacio, una ilustre marquesa le mostró una placa que decía “Aquí murió José Bonaparte, rey de España” Sorprendido por como a un “intruso impuesto por la fuerza de un dictador tan odioso como Napoleón”fuese considerado rey de España, la señora marquesa le desveló aspectos de su vida que consideró de gran interés y desconocidos por muchos. Fue así como comenzó a investigar sobre la figura de José I y a desarrollar la novela. Impresionantes las referencias bibliográficas, índice bibliográfico y notas con la que se gestó la novela. Ésta se presenta en primera persona como una especie de introspección del hermano de Napoleón, en la que sus pensamientos giran en torno a lo acontecido en Bayona (genial la correspondencia entre el Príncipe de Asturias y Napoleón) los motivos que llevaron al Gran Corso a invadir España o la guerra. Es de justicia decir que, en ocasiones, resulta bastante tedioso seguir la lectura por la profusión en las descripciones o la gran cantidad de personajes, algunos no muy conocidos.


Que José Bonoparte ha tenido mala prensa es innegable y no debería extrañar a nadie. La forma con la que se hizo con la Corona y el trato que la familia imperial dio a España hace imposible no verlo de otra manera, entonces y ahora. Es curioso como en este mi amado país (odio generalizar , pecado mortal, pero es algo que he venido observado desde hace ya algunos, muchos, años) solemos dejar para la crítica, en algunos casos feroz, lo made in Spain mientras que lo demás es visto como modelo o ejemplo, mejor o peor, pero como el camino a seguir. Que nadie se vaya por derroteros políticos. La política, esa ramera chaquetera, jamás tendrá cabida aquí. Me centro en personajes o acontecimientos históricos. Con José Bonaparte todo esto es relativo. Sólo hay que ver o compararlo con personajes del calibre de Carlos IV, Fernando VII, María Luisa de Parma o Godoy para ver que es prácticamente imposible que llegara a ser peor monarca que ellos. Las circunstancias se lo impidieron y aquellos atropellos que cometió siendo rey, que fueron muchos y graves, son travesuras comparadas con la ponzoña que supuso para España el reinado de Carlos IV y posteriores.


Posteriormente, Juan Antonio Vallejo-Nágera escribiría Yo, el intruso, intentando complementar aún más la figura de José I en unos días que fueron críticos y fundamentales para la historia de España.


 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA DE ROMANOS de Carlos Goñi


Cuanto más leo sobre la Historia de Roma, más me doy cuenta de las similitudes que tiene con el mundo actual, confirmando aquello de que la historia se repite, se repite e incluso se tripite. Este libro es una original forma de repasar la historia de Roma. A través de treinta y nueve capítulos más o menos cortos, el autor destaca los acontecimientos mas importantes de la antigüedad. Podemos encontrar, desde la mítica fundación de Roma, el suicidio de Lucrecia, el origen y sentido de frases que han llegado hasta nuestro días, la nariz de Cleopatra, la Guerra de las Galias o las lágrimas de San Agustín. En ellos destaca la rigurosidad histórica y la concreción al tema sobre el que trata el capítulo, sin desviarse hacia otros asuntos que lo enredaría más. Todo ello acompañado de cientos de anécdotas y curiosidades, tanto contemporáneas al Imperio, como actuales pero estrechamente relacionadas con el mundo romano. Es aquí donde se nos presentan muchísimas referencias al cine, a personajes o acontecimientos históricos posteriores, al teatro, a novelas que se basan o que están inspirados en acontecimientos de la historia de Roma. Y este es para mí lo más destacado del libro. No se limita al contenido de sus páginas, sino que deja la posibilidad abierta para que sigamos profundizando sobre aquel capítulo que hemos leído y nos ha gustado, con multitud de referencias a otras obras, películas, etc.

Pero no se queda ahí. Después de cada capítulo el autor realiza una reflexión sobre el asunto, un ad libitum. Es decir, hace una reflexión a su gusto, libre, una interpretación sobre el tema que acaba de exponer, relacionándolo con acontecimientos actuales o dando su propia versión de lo ocurrido. Esto es algo que me ha sorprendido y se agradece. No mezclar acontecimientos históricos con interpretaciones personales, algo de lo que pecan muchos historiadores y sus malditas corrientes historiográficas.