
Su
biografía, está dividida en tres partes: la primera, una
autoentrevista, un intento muy original de autoreflexión e
introspección sobre sí mismo y su entorno. La segunda, la biografía
en sí y la tercera, una serie de preguntas que sus amigos y
familiares realizan (Alaska, Bibiana Fernández, Cármen Lomana o
Pablo Motos entre otros) y que él responde.
La
vida de Mario Vaquerizo no es la vida del divino César o el Pequeño
Cabo Bonaparte. Lejos de lo que me esperaba, su vida es muy sencilla.
Es consciente de lo que es ahora y de lo que fue antes y lo describe
de forma tremendamente entrañable. Sabe trasmitir. Esa es quizás la
clave de todo su “éxito”. Cuando hablo de trasmitir me refiero a
una enorme capacidad de empatía y cuando digo éxito no me refiero a
la vertiginosa fama que ha alcanzado en los últimos años, sino a
felicidad, la felicidad que ha alcanzado con su mujer, en el trabajo,
con sus amigas y su familia, ese es su verdadero éxito. Ahí tenemos
el hilo de su biografía, las claves que le han permitido alcanzar
este feliz estado.
Pero
no todo ha sido feliz, también hace un repaso de aquellos momentos
de su vida más duros. Habla de lo mal que lo pasó de joven,
concretamente durante su adolescencia y sobre todo con la muerte de
su hermano Angelito y de su buena amiga Susi.
Me
ha sorprendido lo mucho que tengo en común. Estoy seguro que
cualquiera que lea el libro también tendrá mucho en común con él
o recordará situaciones que le han pasado y son muy parecidas a las
que se mencionan en el libro. Por ejemplo la música, disfrutar de
la música con todas sus letras, no de géneros o grupos, sino de
aquellas canciones que son capaces de cambiar tu estado de ánimo ya
sean de Lola Flores (¡Grande Lola!) o Rob Zombie y que van marcando
las etapas de tu vida. Preferir las fotografías en papel y no las
digitales, que tu madre te dijera “no vayas a clase anda, que hace
mucho frío”, esos amigos que llevas mucho tiempo sin saber de
ellos pero que, cuando te lo encuentras, es como si los hubieses
visto ayer, saber apreciar a un buen político pese a no conectar con
sus ideas y saber criticarlo, añadiría, aunque simpatices con él...
En
definitiva un buen principio para abordar el mundo de las biografías
y un repentino interés por conocer la vida y obra de Andy Warhol.
¡Hasta otra amigas!