Mort entra dentro de la saga,
creada por Terry Pratchett, llamada Mundodisco, donde
tendremos a la mismísima Muerte como protagonista. Es una novela muy
divertida, concebida como un relato autónomo, de lectura
independiente al resto de la saga. No quiero llevar a engaño, está
centrada en el público juvenil y puede pecar de simplona pero eso
también la hace accesible, entretenida y de fácil lectura, con toques que recuerdan a la fantástica Historia interminable de Michael Ende.
En la novela, veremos como un joven
llamado Mortimer pasa a convertirse en el ayudante de la Muerte. Ésta
pasa por un momento trascendente dentro de su propia existencia.
Necesita desconectar un poco del trabajo y buscar esas emociones de
las que tanto se habla pero de las que carece. Por lo tanto, no tenemos
a una muerte cualquiera, sino totalmente personificada, con su propio
carácter y “emociones” habitando una casa victoriana donde
guarda todas las biografías de la Humanidad (libros que se van
autoescribiendo) y el tiempo de vida que le queda a cada uno de los
seres que pululan por el Cosmos. (relojes de arena) Es una Muerte que
se abandona al juego y a la bebida en un intento de saber lo que es
la diversión. Mortimer, en cambio, irá asumiendo cada vez más
responsabilidades, adoptando una actitud sesuda y trascendente.
Cambio de papeles. Pero no es todo lo competente que se esperaría
del ayudante de la Muerte. No es fácil el trabajo de la Muerte.
Arrancar el alma de un cuerpo que agoniza no es sencillo y cuando
tiene que hacerlo con la joven princesa Kelly, se lía. Esto no será
del agrado del Destino que contraatacará.

Dejando a un lado el argumento, del que no destriparé más, lo que destacaría de la novela es como nos obliga a plantearnos situaciones que normalmente no nos gusta plantearnos ¿cómo será la Muerte? ¿qué ocurriría si no hubiese Muerte? Al personificarla, la novela ahonda sobre las distintas representaciones que de Ella se tiene, desde la figura esquelética con guadaña (que es la que más le gusta a Ella ya que no necesita arreglarse) a la joven de blancura inmaculada. La propia Muerte explica el por qué de tanto cambio: cada uno ve lo que quiere ver. También se plantea cuándo y cómo es el momento en el que nos topamos con Ella y cuál es el destino del alma cuando deja el cuerpo. De nuevo una respuesta similar, cada uno va a donde quiere ir. Todo esto, que de sopetón puede parecer macabro, que lo es, en la novela queda resuelto de forma muy entrañable y amable, humanizando algo a lo que todo y todos llegaremos algún día, el saludo de la Muerte.
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