Últimamente, los
fríos países del norte de Europa nos están dando muchas alegrías en lo que a
publicaciones literarias se refiere. Con permiso del alemán David Safier
(Maldito Karma, Jesús me quiere…) Jonas Jonasson se ha convertido en otro de
esos bombazos editoriales de la noche a la mañana (más de dos millones de
ejemplares vendidos, de los cuales más de un millón en Suecia, país del autor).
Si bien, en algunos casos, es difícil
explicar que tiene que tener un libro para conseguir reventar las listas de
ventas y por qué unos lo consiguen y otros no, con El abuelo que saltó por la
venta y se largó de Jonasson, resulta evidente. Tan solo el título de la novela
ya despierta la curiosidad y si a esto le sumamos una portada más que curiosa,
tenemos como resultado a más de un lector ojeando el libro y leyendo su
contraportada en cualquier librería; en un mundo plagado (gracias a las musas)
de libros, conseguir esto, ya es todo un logro, con lo que más de uno picará
(gustosamente) y se hará con un ejemplar.
Pero claro está,
por muy curiosa que sea su portada y original su título, no quiere decir que
ocurra lo mismo con su contenido. En este caso, afortunadamente, si.
Que la novela
comience con un señor de cien años escapándose por una ventana de la residencia
donde vive promete. Y será este señor,
Allan Karlsson, su protagonista. Otro antipersonaje por excelencia y menudo
antipersonaje. Desde el momento que pone una de sus pantuflas fuera de la
residencia la novela trascurre sola. Pero no es del todo una historia lineal.
Se alternan capítulos sobre la vida de Allan (cien años dan para muchas
historias) junto con otros capítulos sobre todo lo que va ocurriendo tras su huida.
De tal forma que los primeros, terminan con el principio de la novela, es
decir, abarcan desde su infancia hasta que se escapa de su residencia, mientras
se intercalan los capítulos sobre las nuevas aventuras de Allan que van desde
robar una maleta a un jovenzuelo a tener a toda Suecia pendiente de él.
Estos
episodios biográficos suponen todo un recorrido por la Historia del siglo XX,
por multitud de países como España, EE.UU., Rusia, China, Indonesia, con encuentros increíbles con personajes como
Franco, Stalin, Mao o varios presidentes norteamericanos en situaciones
absurdas y muy divertidas. El sentido del humor y el sentido crítico será lo
predominante en la novela, una critica a la sociedad global que hemos y estamos
construyendo.
Destaca sobre
todo el papel de la tercera edad y cómo nos hemos creído que ser viejo es ser débil y como al llegar a esas edades ya
todo está hecho y lo que no se ha hecho, ya es tarde para hacerlo. La novela es
la novela y la realidad es otra, pero quizás debamos revisar este criterio que
impera en medio mundo y mirar un poco atrás y darles el digno papel que se merecen
en esta sociedad que al fin y al cabo se la debemos a ellos. No conocí a mis
abuelos y a mis abuelas las conocí muy poco. Daría cualquier cosa por que me
contaran sus historias, sus vidas, dignas, seguro, de una buena novela. Así que
si tienes la suerte de tener a alguno de tus abuelos contigo, ve a verlos y que
te cuenten la suya, nunca se sabe si de esa conversación saldrá un best seller.
A mí me enganchó totalmente la historia del abuelo!
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